La Linfología es la disciplina médica que se dedica a estudiar el tratamiento de los ganglios linfáticos, sus vasos y la linfa, que es el líquido que circula en ellos. El sistema linfático se organiza en una red de órganos y ganglios linfáticos que crean un la linfa, transportándola entre los tejidos y el torrente sanguíneo. Es uno de los principales componentes del sistema inmunológico que tiene el cuerpo humano.
Los médicos especializados en la Linfología son los linfólogos. Sin embargo, generalmente un médico especializado en Linfología también se dedica a la Flebología (estudio de la anatomía y principales patologías de las venas superficiales y profundas del cuerpo, entre las que se incluyen varices y hemorroides) por lo que habitualmente esta actividad médica se denomina «Flebología y Linfología».
Por tanto, la Linfología es la encargada de estudiar el Linfedema, una afección que supone la detención de la circulación de la linfa, sea a causa de los tejidos linfáticos o de la misma linfa. Esta afección si no se trata puede evolucionar en elefantiasis o paquidermitis, debido a que el transtorno de la circulación empeora con infecciones bacterianas y posterior fibrosis. Habitualmente, se consideran dos tipos de linfedema: el Linfedema primario (que aparece por la ausencia genética de vasos linfáticos) y el Linfedema Secundario (que se genera a causa de una afección quirúrgica derivada de un cáncer o por insuficiencia venosa crónica).
Para poder ayudar a disminuir los síntomas de la enfermedad y prevenir sus complicaciones es indispensable la fisioterapia, que, además proporciona pautas de comportamiento más saludables que ayudan a la funcionalidad y a mejorar la calidad de vida de las personas con Linfedema. En ese tratamiento es importante seguir todos los procedimientos y medidas para esta terapia física, desde el drenaje linfático manual, a medias compresivas o medidas higiénicas y ejercicio.